Alonso volvió a demostrar una vez más su clase y la calidad de bicampeón del mundo que posee. Se impuso con maestría y con la ayuda de su equipo, que esta vez si acertó en las decisiones en el tiempo correcto. El equipo italiano lo apoya como a pocos pilotos de la parrilla, los tifossi italianos lo consideran un ídolo, y el pocas veces se le ha visto tan a gusto en un equipo.
Fernando y Ferrari son la combinación perfecta para conseguir cosas grandes, y sin duda el triunfo le dará más moral al equipo para seguir mejorando el coche.
Una vez más, Magic Alonso.
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